lunes, 16 de noviembre de 2009

Nunca es tarde: Laura Gutman

Cuantas veces las madres y los padres no arrepentimos de cómo hemos actuado con nuestros hijos ¿ verdad ?. Al menos a mi me ocurre y, por mi experiencia en los grupos de apoyo y con mis amigos ,sé que no soy la única. Sin embargo ¡ Cuanto nos cuesta aceptar nuestros errores delante de nuestros hijos ! Cuantas veces nos han dicho que aunque lo hayas hecho fatal no debes reconocerlo ante tu hijo porque entonces te desautorizas. Nunca he llegado a entender esta creencia . Cuando a mi alguien que me ha herido, me pide perdon no siento que se esté rebajando, al contrario, pienso en que el saber rectificar le honra... ¿ por qué creemos que con nuestros hijos será distinto ?. Yo suelo pedirle muy a menudo perdón a mi hijo y lejos de sentirme humillada me siento liberada, porque él siempre me perdona  y siempre tiene un abrazo para regalarme.

Y al hilo de esto os dejo este texto de Laura Gutman, tan acertada como siempre

Nunca es tarde

Un día cualquiera aparece un maestro, un libro, un amigo o un pensamiento que cambia el curso de nuestras arraigadas creencias. Dentro de ese viraje personal, lo que hemos hecho con nuestros hijos ya no nos gusta. Hoy no haríamos lo mismo. Nosotros hemos cambiado. Pero lo que no podemos cambiar es el pasado.

Pues bien, llegó el momento de reconocer que ya no nos cabe en nuestro ser interior una modalidad antigua, basada en el prejuicio o el miedo. Tal vez hemos sido demasiado exigentes con nuestros niños, creyendo que hacíamos lo correcto pero alejados de nuestros sentimientos amorosos. Quizás los hemos maltratado sutilmente. Les hemos mentido y hoy son poco confiados. Hemos menospreciado sus sentimientos. Hemos exigido obediencia y nos han respondido con rebeldía. Hemos hecho oídos sordos a sus reclamos y ahora ellos no nos escuchan a nosotros.

Han pasado los años y querríamos rebobinar la vida como una película para hacer las cosas de otro modo. Pues bien, hay algo que sí es posible hacer hoy: darnos cuenta. Luego, hablar sobre ello con nuestros hijos. Incluso si tienen dos años. O cinco. O catorce. O veintiséis. O cuarenta. O sesenta años. Poco importa. Nunca es tarde. Siempre es el momento adecuado cuando humildemente generamos un acercamiento afectivo para hablar de algún descubrimiento personal, de un anhelo, de un deseo o de nuevas intensiones. Para un niño pequeño es alentador escuchar a su madre o a su padre pedirle disculpas, comprometiéndose a ofrecer mayor cuidado y atención. Para un adolescente, es una extraordinaria oportunidad, hablar con alguno de sus padres en una intimidad respetuosa nunca antes establecida entre ellos. Para un hijo o hija adultos, es una puerta abierta para formularse preguntas personales. Para un hijo maduro, es tiempo de confort y de profunda comprensión de los ciclos vitales.

Cualquier instante puede ser la ocasión perfecta para compartir el cambio que uno ha decidido asumir. No hay lección más virtuosa que compartir con los hijos el “darse cuenta” y la intención, la firme intención de devenir cada día mejores personas. Definitivamente, para un hijo es extraordinario encontrarse con la sencilla y blanda humanidad de los padres que buscan su destino, cada día.

Laura Gutman

3 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo.
    Yo lejos de ser perfecta me he equivocado, sobretodo con mis hijas, demasiado a menudo (y me sigo equivocando y creo que seguiré equivocandome en un futuro) y procuro, en el momento de darme cuenta que hago lo correcto, pedir perdón (con arrepentimiento sincero)y son muy generosas porque sienten ese arrepentimiento y tienen una capacidad de perdón infinito.
    No creo que nos aleje de nuestros hijos reconocer los fallos, si no que nos hace humanos ante sus ojos (no súperhombres ficticios) y que a su vez los humaniza a ellos para el futuro.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario Africa. Cuanta razon tienes cuando dices que el reconocer nuestros errores nos hace más humanos ante los ojos de nuestros hijos. Yo opino lo mismo, no tienen que tenernos endiosados tienen que saber que somos humanos y que como tales nos equivocamos. Lo importante es saber rectificar

    ResponderEliminar
  3. GRACIAS A DIOS PODEMOS PEDIR PERDON A NUESTROS HIJOS! Y SABER QUE SIEMPRE NOS PERDONAN...

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Revista Criar